En 2008 aumentaron un 45% los partes médicos de lesiones por maltrato a mujeres, lo que indica que ha mejorado la aplicación de los protocolos sanitarios para la detección de los casos de violencia de género, según los datos facilitados ayer en Granada por el delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente.
Con todo, el experto incidió en la necesidad de seguir incrementar la responsabilidad médica en estos casos, más contando con que las mujeres que sufren violencia acuden un 30% más al médico que las que no la sufren.
Un nuevo estudio indica que las mujeres víctimas de la violencia de su pareja suelen tener patrones distintos de lesión facial que aquellas que sufren un traumatismo en la cara por otras causas.La violencia en la pareja afecta a entre el 25 y el 33 por ciento de las mujeres en Estados Unidos y representa el 34-73 por ciento de las lesiones faciales femeninas, explicó el equipo de la doctora Oneida A. Arosarena, de la Escuela de Medicina de Temple, en Filadelfia.
El estudio fue publicado en la revista Archives of Facial Plastic Surgery.El equipo estudió a 326 mujeres tratadas por lesiones faciales en el Centro Médico de la University of Kentucky entre 1998 y el 2004. La mayoría de las lesiones se debían a accidentes automovilísticos y caídas (el 42,6 y el 21,5 por ciento, respectivamente).
Dieciocho de las 45 pacientes con lesiones por violencia (el 13,8 por ciento) habían sufrido abuso de parte de su pareja.
A diferencia de otras pacientes, las víctimas de violencia doméstica eran más propensas a tener fracturas óseas alrededor de los ojos, fracturas complejas en los pómulos y lesiones cerebrales.Las mujeres víctimas de violencia de parte de un desconocido o de un tercero no identificado eran mucho más propensas a tener fracturas en la mandíbula.
Esta información ayudaría a los médicos a reconocer a las mujeres víctimas de violencia doméstica, sostuvo el equipo. "Los médicos tienen una responsabilidad añadida en la detección de la violencia porque su labor no debe basarse sólo en la prestación de un tratamiento individual, sino que deben ser abordados como un problema de salud pública para contribuir a modificar las causas que dan lugar a la violencia de género", indicó Lorente, quien pidió que los facultativos realicen "siempre" los partes de lesiones "dentro de la responsabilidad de la profesión ya que si no se hace se actúa mal porque se permite que siga la violencia".
Los autores hallaron también que sólo una de cada cuatro mujeres en riesgo de haber sufrido violencia de parte de su pareja recibía una derivación a los servicios de protección que exigen las normas estatales y la política hospitalaria.
"El subregistro de la violencia doméstica íntima sigue siendo un obstáculo para que muchas víctimas reciban la intervención social adecuada", concluyeron los investigadores.
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