El maltrato en la tercera edad por género
investigación realizadas sobre negligencia y malos tratos sufridos en el hogar por las personas mayores de una muestra de personas que reciben los servicios de ayuda a domicilio. Los resultados generales dicen que se observa que todas las personas analizadas, sean varones o mujeres, sufren negligencia, sea en el cuidado físico y psicoafectivo, más que propiamente malos tratos. Sin embargo, el maltrato físico entre las mujeres representa una proporción del doble de casos (11%) que entre varones (5%). El maltrato psicológico y emocional se da entre las mujeres en una proporción de más del doble que entre los varones (36% y 15% respectivamente), y el abuso material es entre ellas cuatro veces el de los varones (20% y 5%). Resumiendo, la proporción de los varones que sufren desatención física y psicológica es algo mayor que entre las mujeres, mientras que en ellas el riesgo de sufrir malos tratos físicos, psicológicos, así como abuso material, y –aunque sea un solo caso detectado en la muestra sexual, es notablemente mayor que en los varones. Por lo tanto, dado que sufren más en cantidad y en intensidad, siguiendo el esquema de Johnson, vemos que las mujeres se situarían más que los varones en el cuadrante inferior izquierdo formado por los ejes que representan ambas características. Es decir, que el daño potencial para ellas es mayor, al situarse en el ámbito de daño potencial más alto (Bazo,
M.T., 2001).
Whitaker (1996) y Arber y Ginn (1996) nos recuerdan que la población femenina aumenta desproporcionadamente
respecto a la masculina conforme la población va envejeciendo. La marginación de las mujeres ancianas en la sociedad se debe a dos razones: su género y su edad. Las connotaciones negativas del envejecimiento (dependencia y deterioro) - edadismo - unidas a la idea de inferioridad de la mujer respecto al hombre – sexismo - junto con las diferencias de clase social, actúan para crear desequilibrios de poder. Esto facilita que se den las condiciones en las que el maltrato aparece y se mantiene. El edadismo puede ser el factor más importante. A primera vista puede parecer obvio que los aspectos de poder y de género sean fundamentales en el fenómeno del maltrato de personas mayores. Debemos, pues, tener en cuenta la compleja interacción de las relaciones estructurales de poder que se dan en la sociedad, lo que establece el contexto en el que el maltrato es minimizado, disculpado o incluso perpetrado (Bridget Penhale., 2003).
M.T., 2001).
Whitaker (1996) y Arber y Ginn (1996) nos recuerdan que la población femenina aumenta desproporcionadamente
respecto a la masculina conforme la población va envejeciendo. La marginación de las mujeres ancianas en la sociedad se debe a dos razones: su género y su edad. Las connotaciones negativas del envejecimiento (dependencia y deterioro) - edadismo - unidas a la idea de inferioridad de la mujer respecto al hombre – sexismo - junto con las diferencias de clase social, actúan para crear desequilibrios de poder. Esto facilita que se den las condiciones en las que el maltrato aparece y se mantiene. El edadismo puede ser el factor más importante. A primera vista puede parecer obvio que los aspectos de poder y de género sean fundamentales en el fenómeno del maltrato de personas mayores. Debemos, pues, tener en cuenta la compleja interacción de las relaciones estructurales de poder que se dan en la sociedad, lo que establece el contexto en el que el maltrato es minimizado, disculpado o incluso perpetrado (Bridget Penhale., 2003).
2 comentarios:
¿Cual es el numero de telefono???
A donde puedo pedir ayuda para una persona que esta sufriendo maltrato
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