Consecuencias para la salud del niño maltratado
Los efectos físicos inmediatos del maltrato pueden ser relativamente leves (moretones o cortadas) o severos (huesos rotos, hemorragias o hasta la muerte). En algunos casos estos efectos no son visibles y desaparecen pronto, pero el dolor y el sufrimiento que causan a un niño pueden durar toda la vida. El impacto a largo plazo del abuso y la negligencia en la salud de los niños apenas se empieza a estudiar. Según un estudio de la Encuesta Nacional para el Bienestar del Niño y el Adolescentes (NSCAW, por sus siglas en inglés), mas de una cuarta parte de los niños que estuvieron en el cuidado adoptivo temporal por más de 12 meses fueron diagnosticados con problemas de salud recurrentes (Administración para los Niños y las Familias, 2004a). A continuación ofrecemos varias de las consecuencias que los investigadores están empezando a identificar:
Síndrome del bebé sacudido. Sacudir a un bebé es un tipo de abuso muy frecuente. Un bebé que ha sido sacudido puede no mostrar daños aparentes, pero un sacudimiento puede provocar una hemorragia en el cerebro o en los ojos, daños a la espina dorsal, el cuello, las costillas o fracturas de huesos (Instituto Nacional para los Desordenes Neurológicos y el Infarto, 2007).
Desarrollo cerebral anormal. En algunos casos, se ha comprobado que el maltrato infantil causa estragos significativos en el desarrollo o el crecimiento del cerebro del niño, y esto puede causar un desarrollo anormal (De Bellis & Thomas, 2003). Estas alteraciones en el crecimiento del cerebro tienen consecuencias a largo plazo y afectan las habilidades del niño para procesar información, para hablar y para sobresalir en la escuela (Watts-English, Fortson, Gibler, Hooper, & De Bellis, 2006). Según NSCAW más de tres cuartas partes de los niños entre uno y dos años viviendo con padres sustitutos están en riesgo de padecer problemas de desarrollo cerebral. Esto contrasta con los niños estudiados que no vivían con padres sustitutos. (Administración para los Niños y las Familias & la Oficina de Planificación, Investigación y Evaluación, 2004a).
Mala salud física. Varios estudios han demostrado que existe una relación directa entre varios tipos de situaciones domésticas disfuncionales (como el abuso de menores) y la mala salud (Flaherty et al., 2006; Felitti, 2002). Los adultos que fueron víctimas del abuso o la negligencia durante su infancia tienen más probabilidades de padecer problemas físicos como la artritis, el asma, la bronquitis, la presión alta, las úlceras y las alergias (Springer, Sheridan, Kuo, & Carnes, 2007).
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