Los inquietantes datos sobre el maltrato infantil en el ámbito familiar en Paraguay, impulsaron al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), a elaborar y presentar la campaña "Sin violencia se educa mejor", que se desarrollará en el país suramericano durante los próximos dos meses.
Los resultados de un reciente estudio de investigación realizado sobre el tema dan cuenta que tanto la violencia física como la verbal o psicológica son formas frecuentes que utilizan las madres y los padres paraguayos en la forma que se relacionan con sus hijos e hijas.
La investigación determinó que 61% de los niños, niñas y adolescentes que participaron del estudio, reportaron haber sido víctimas de algún tipo de maltrato por parte de sus familiares más cercanos y más de la mitad (52%) recordó haber empezado a ser víctima de maltrato físico entre los 3 y 5 años.
"La violencia física leve, como nalgadas con la mano o con objetos, cachetadas, tirones de pelo, pellizcos o la obligación de permanecer en posiciones incómodas fue reconocida 13% de la muestra, y una cifra similar expresó haber vivido violencia psicológica, que son insultos, amenazas de abandono, entre otros", agregó.
En el género también hay diferencias. Los niños reciben mayor maltrato físico grave que las niñas, tanto por parte del padre como de la madre, mientras que las jóvenes reciben más maltrato psicológico que los jóvenes.
Sin embargo y pese a que seis de cada diez niños, niñas y adolescentes han recibido algún tipo de maltrato, los mismos consideran -en un 91,9%- que la relación con ambos padres es buena o muy buena.
La violencia física, psicológica o verbal, son consideradas formas de maltrato y están asociadas a pautas culturales o a factores como la violencia en la pareja, el nivel educativo de ambos padres y el nivel socioeconómico.
Es así que el estudio determinó que la violencia contra los niños y niñas ocurre en todos los estratos sociales y niveles de educación, aunque presenta algunos rasgos diferentes por niveles de ingresos.
Otro hallazgo de la investigación es que un clima de hostilidad familiar propicia más violencia: 68,8% de las parejas que recurren más frecuentemente a la violencia física entre sí, emplean el maltrato físico grave contra sus hijos, en tanto que 28,6% de las parejas que no pelean a golpes, maltratan gravemente a sus hijos.
Más de la mitad de los niños y niñas encuestados (53,4%) considera que el castigo físico es útil, al menos a veces, para su propia formación.
Asimismo, los más maltratados son los que consideran en mayor medida "normal" que sus progenitores los golpeen. Por ejemplo, 43,9% de quienes recibieron violencia física grave cree que es normal el castigo físico.
También los padres sostienen que el hecho de pegar o insultar a sus hijos es "normal", porque así fueron educados cuando niños.
Eduardo Arce
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