Miedo a la denuncia y conviviendo
No hay un perfil cultural, económico, sociológico o psicológico de la maltratada como tampoco lo hay del maltratador, extremo en el que coinciden todas las fuentes consultadas. Sin embargo, sí se observa un cambio de patrón en las circunstancias que concurren en los 42 asesinatos contabilizados por Igualdad en lo que va de año.
Una aplastante mayoría no denunció -el 76,2% este año frente al 65,5% el año pasado, más de 10 puntos de diferencia-, son más mayores -el 83,4% de las asesinadas en 2010 tiene más de 31 años frente al 72,4% de 2009-, convivían con sus agresores -69% y 51,7%- y aumentan las víctimas inmigrantes -38,1% y 27,6%-. Se trata, según la delegación de Violencia de Género, de mujeres que llevan "más años viviendo con sus agresores, más expuestas a la violencia y que no son conscientes del riesgo". No se llega ni a producir la ruptura, cuando amenazan con irse el hombre estalla para impedírselo. "Se ha producido un cambio de percepción en el maltratador, que se siente más vulnerable porque sabe que la sociedad está con la víctima, que una denuncia tiene consecuencias y que, una vez que la haya presentado, le será más difícil acercarse a ella".
El mensaje a las mujeres en esta situación es claro: "Que nunca piensen que porque lleven mucho tiempo sometidas a violencia psicológica o física de baja intensidad no se va a volver más grave". En primer lugar deben asesorarse -en el 016, número gratuito del Gobierno, el también gratuito 900 100 009 de malostratos.org o el 91 441 85 55 /60 de la Federación de Separadas y Divorciadas- y después, denunciar.
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