No es más que otra forma de violencia. Sólo que a través de la tecnología, el lenguaje que tanto usan los adolescentes. Los casos de cy berbullying, como se llama en los Estados Unidos a este fenómeno, no son otra cosa que una forma en que la intimidación o el acoso trascienden todas las fronteras al reproducirse en el espacio virtual de la Web.
Los correos electrónicos, los mensajes de texto, el messenger, las páginas web difamatorias, los blogs y los videos online son algunas de esas vías de reproducción que se multiplican indiscriminadamente al estar disponibles en Internet.
No es el patio ni es la vereda. El escenario donde muchos jóvenes humillan a otros es la red global.
Lo peor de estas prácticas, según los especialistas, es que las plataformas tecnológicas permiten que este caso se sostenga durante todo del día, los fines de semana y que, incluso, se extienda más allá del ámbito escolar. "Lo que antes sólo se enteraba un grupo de amigos, ahora lo puede saber todo el mundo", explican los expertos.
En la Argentina, las escuelas parecen hacerse eco cada vez más de las prácticas que se desarrollan en otros países con más experiencias en estas temáticas, como los Estados Unidos o España.
En Mendoza, hace unos meses, un alumno de 15 años del primer año del nivel Polimodal sufrió reiterados hostigamientos, bromas y golpes de sus compañeros, que con un teléfono celular grabaron cómo lo golpeaban y subieron el video al portal de videos YouTube.
El caso motivó la protesta de los padres del damnificado y la intervención del organismo de Orientación Psicopedagógica de la Dirección General de Escuelas. No es un tema menor: uno de cada cuatro alumnos le tiene miedo a alguno de sus compañeros, según una investigación reciente del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA).
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