Agencia EFE. La Paz 27 de mayo 2009
Una comisión parlamentaria de Bolivia estudia la posibilidad de castigar con castración química o quirúrgica a los violadores de menores, un delito que aumentó un 120 por ciento en los últimos dos años en el país, explicó hoy a Efe el diputado de Unidad Nacional (UN) Guillermo Mendoza.
Mendoza aseguró que la castración es una de las tres opciones que baraja esta comisión parlamentaria para encontrar un sistema que "resuene en el oído de los delincuentes (para que) se lo piensen dos veces antes de cometer estas atrocidades".
La Comisión de Política Social de la Cámara de Diputados pretende crear un debate con todas las instituciones y sectores implicados de cara a elaborar un borrador de proyecto legislativo.
Según Mendoza, la iniciativa legal sería debatida en la futura Asamblea Plurinacional de Bolivia (el órgano equivalente al actual Congreso Nacional según la nueva Constitución) que se conformará tras las elecciones generales del 6 de diciembre.
"Queremos tratar este tema de forma muy responsable, muy humana y dentro de los derechos humanos, por eso hemos convocado a diferentes instituciones del país", aseguró Mendoza, quien destacó que el delito de "violación a niños y niñas es tan abrumador que el Parlamento no puede eludir el debate".
Entre las posibles sanciones para los violadores, se analizó la pena de muerte que fue descartada puesto que no se contempla en la Constitución boliviana.
Las otras opciones que se estudian son 30 años de cárcel "sin derecho a indulto, sin alegatos y sin mayores razonamientos", y la de añadir a esta reclusión la castración química o quirúrgica del violador.
La castración química se realiza mediante la aplicación de un anticonceptivo femenino que "baja los niveles de testosterona y reduce la agresividad y el deseo sexual", mientras que la quirúrgica o extracción de los testículos a través de una operación se plantea cuando la violación esté acompañada de "asesinato o tortura".
El diputado sostuvo que, tal y como se ha probado en otros países, la castración química es "más que un castigo, una prevención" y apuntó que el violador podrá recurrir voluntariamente a esta técnica para obtener su libertad provisional cuando haya cumplido una parte de su condena.
Además, Mendoza señaló que este tipo de castración es reversible, ya que cada seis meses se recuperan las capacidades y hay que volver a aplicarla.
El diputado lamentó que los índices de violaciones en menores "se han incrementado tremendamente" en los últimos dos años en Bolivia, así como "el salvajismo y la crueldad" que acompañan a estas vejaciones.
De hecho, un 20 por ciento de las violaciones acabaron en muerte en los últimos dos años, según los datos del parlamentario de UN.
"Los sistemas penales son demasiado benevolentes y no están causando la advertencia al delincuente para que no incurra al delito", concluyó.
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