La creencia en el norte de Tanzania según la cual ingerir una pócima confeccionada con partes de cuerpos de albinos propicia encontrar oro o hacerse rico se extiende, ha cruzado a Burundi y se teme que llegue a otros países africanos. En lo que va de año, y pese al esfuerzo del Gobierno tanzano y de su presidente, Jakaya Kikwete, que inició una campaña de persecución de los brujos, más de 30 albinos, entre ellos un bebé de siete meses, han sido asesinados.
En Burundi, en la frontera con Tanzania, unos 50 han tenido que refugiarse en un centro provincial habilitado por las autoridades para ellos en octubre. Cizany, la última víctima, y sus padres se contaban entre ellos, pero el domingo decidieron regresar a casa. Acababan de llegar cuando hombres armados con fusiles entraron en el domicilio, ataron a los padres y mataron a la niña. Le cortaron la cabeza y las piernas, que se llevaron con ellos. Según dijo el presidente de la asociación de albinos de Burundi a la BBC, Kasim Kazungu, ataques similares no se habían registrado nunca hasta octubre, cuando llegaron noticias de lo lucrativo que es el comercio con miembros albinos en el país vecino.
"Tengo miedo", reconocía Samuel Mluge, presidente de la asociación de albinos de Tanzania (TAS, en inglés). "Es un problema que se nos está yendo de las manos y, pese a los esfuerzos del Gobierno, se está extendiendo y debe ser atajado por las autoridades de la Unión Africana". Tan sólo en octubre se ha detenido a medio centenar de brujos y personas involucradas en los ataques a albinos, que se suman al más de un centenar detenidas desde abril, cuando el presidente Kikwete condenó esta práctica y designó a una parlamentaria con albinismo para defender los derechos de esta comunidad marginada. "Pero hay que actuar con más contundencia", dice Theodory Mwalongo, de la ONG Acción en Discapacitación y Desarrollo. Y explica que las asociaciones temen que en el comercio de partes humanas estén participando policías corruptos y hombres de negocios con gran poder (que buscarían el muti o magia negra para mantener o acrecentar su riqueza).
El albinismo, que en muchas partes de África es considerado como una maldición, es una condición genética mucho más extendida en el continente que, por ejemplo, en Europa. En Tanzania hay más de 170.000 albinos.
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