Farmamundi asiste a decenas de mujeres y niñas han sido violadas durante el conflicto de el Congo, utilizadas como un arma de guerra.
La ONG Farmamundi ha asumido la asistencia sanitaria y psicológica de las mujeres que han sido víctimas de violencia sexual, o son vulnerables de sufrirlas, en las provincias congoleñas más afectadas por el conflicto abierto que subsiste en el país. Esta actividad podrá desarrollarse durante diez meses más [ya había funcionado desde los diez primeros meses de 2010], gracias a la aportación de 172.525 euros de la Generalitat Valenciana, los 75.000 del Ayuntamiento de Barcelona, y aportaciones locales y de Farmamundi. El coste total del proyecto asciende a 374.599 euros.
Una violación, entendida como arma de guerra, supone la reducción sistemática de la integridad física y psicológica de una sociedad, en este caso atacando directamente a quienes llevan el peso de las familias: las mujeres. En el conflicto de la República Democrática del Congo, decenas de mujeres y niñas han sido violadas, y luego repudiadas por sus esposos, padres o vecinos. La mujer congoleña representa, pese a su condición de vulnerable, la parte clave de la integridad familiar y del sustento de muchos hogares por lo que, según afirma Farmamundi, su destrucción física y psicológica se considera una “victoria”.
El administrador de Farmamundi en la ciudad de Butembo, en Nord Kivu, Kakule Kalirwako, explica que “La situación de hoy es una clara herencia de una guerra que aún continúa de manera silenciosa desde 2007. No existe la justicia y la gente aplica la ley del más fuerte: si un hombre quiere una mujer, la viola; si alguien quiere la moto que ve, asesina al conductor… La violación de los derechos humanos es habitual y necesitamos nuevas costumbres que enseñen a la gente que la violencia no es algo normal”.
“Nuestra labor es procurar apoyo a las personas más vulnerables, como las mujeres víctimas de violencia sexual [...] a través del acceso a medicamentos con el apoyo a las estructuras sanitarias existentes y creando otras nuevas”, explica Noemí Poblador, Técnico de Proyectos de Farmamundi, que añade que el proyecto también “tratará de contribuir a la prevención de agresiones sexuales por medio de la sensibilización de los líderes locales y de la población civil”.
Poblador también ha explicado que, “no es extraño que tras una violación, muchas mujeres y niños sean, además, rechazados por sus maridos y familiares”. Por esta razón, además de la asistencia en salud integral, médica y psicológica, uno de los aspectos más destacables del trabajo que se realiza en el Congo por esta organización, y otras,es la reinserción de víctimas en la sociedad.
Sin embargo, las acciones que se llevan a cabo en el Congo van más allá: la escolarización de niños, la donación de cabras como créditos rotativos para las mujeres más vulnerables económicamente y la asistencia son otras de las líneas de actuación que emprende día a día Farmamundi con el fin de “devolver la sonrisa, o al menos la esperanza, a mujeres, niños y niñas, olvidados por su condición de víctimas colaterales de unos intereses cruzados que no quedaron enterrados con la guerra”.
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