El Corán dice: «Los hombres están al cargo de las mujeres (SEA MARIDOS, PADRES...) Las habrá que sean rectas, obedientes, pero aquellas cuya rebeldía temáis, amonestadlas, no os acostéis con ellas, pegadles»
según el estudio del último año del Centro Egipcio de los Derechos de la Mujer más del 50% de la mujeres casadas han declarado haber recibido maltrato físico por parte de su marido, pero la mayoría de ellas no se han atrevido a denunciarlo. Según ECWR, el 80% de las mujeres maltratadas considera normal el castigo físico como parte de una reprimenda de su marido. Otras, un 30%, no se lo han confesado a nadie por miedo a las presiones familiares. Además, Amnistía Internacional ha denunciado que un 35% de las mujeres que mueren anualmente en Egipto son víctimas de la violencia doméstica. Acostumbradas a vivir en un mundo para hombres, las féminas egipcias claudican por la presión de las familias. Las propias madres dicen a sus hijas que tiene que ser «buenas esposas» y no molestar a sus maridos. A esta sumisión de la mujer se suman los sermones en las mezquitas y los programas televisivos religiosos en los que los clérigos incitan a los maridos a «controlar» a sus esposas para conducirlas por el buen camino. En Internet se pueden encontrar decenas de vídeos en los que los jeques defienden el maltrato físico contra las mujeres como una práctica de buen musulmán.
A esto podemos añadir que los egipcios suelen lavar su honor paseando la cabeza de la esposa decapitada por las calles , considerandose el degollamiento como algo lógico y natural en su cultura.
Así mismo,en Egipto, los hombres gozan del derecho unilateral e incondicional al divorcio. Nunca tienen que entrar en un juzgado para poner fin a sus matrimonios. Las mujeres, por otro lado, tienen que recurrir a los tribunales para divorciarse de sus esposos, donde se enfrentan a incontables obstáculos Las mujeres que quieren divorciarse en Egipto tienen dos opciones: el divorcio causal y el no causal. sociales, legales y burocráticos.
Independientemente del tipo de divorcio que elija una mujer, los funcionarios de sexo masculino siguen controlando ampliamente cada fase del proceso. Egipto sólo tiene una jueza en ejercicio, y los fiscales que opinan sobre los casos de divorcio son mayoritariamente hombres. En los casos de divorcio, las propias mujeres detienen muy poco poder de decisión.
según el estudio del último año del Centro Egipcio de los Derechos de la Mujer más del 50% de la mujeres casadas han declarado haber recibido maltrato físico por parte de su marido, pero la mayoría de ellas no se han atrevido a denunciarlo. Según ECWR, el 80% de las mujeres maltratadas considera normal el castigo físico como parte de una reprimenda de su marido. Otras, un 30%, no se lo han confesado a nadie por miedo a las presiones familiares. Además, Amnistía Internacional ha denunciado que un 35% de las mujeres que mueren anualmente en Egipto son víctimas de la violencia doméstica. Acostumbradas a vivir en un mundo para hombres, las féminas egipcias claudican por la presión de las familias. Las propias madres dicen a sus hijas que tiene que ser «buenas esposas» y no molestar a sus maridos. A esta sumisión de la mujer se suman los sermones en las mezquitas y los programas televisivos religiosos en los que los clérigos incitan a los maridos a «controlar» a sus esposas para conducirlas por el buen camino. En Internet se pueden encontrar decenas de vídeos en los que los jeques defienden el maltrato físico contra las mujeres como una práctica de buen musulmán.
A esto podemos añadir que los egipcios suelen lavar su honor paseando la cabeza de la esposa decapitada por las calles , considerandose el degollamiento como algo lógico y natural en su cultura.
Así mismo,en Egipto, los hombres gozan del derecho unilateral e incondicional al divorcio. Nunca tienen que entrar en un juzgado para poner fin a sus matrimonios. Las mujeres, por otro lado, tienen que recurrir a los tribunales para divorciarse de sus esposos, donde se enfrentan a incontables obstáculos Las mujeres que quieren divorciarse en Egipto tienen dos opciones: el divorcio causal y el no causal. sociales, legales y burocráticos.
Independientemente del tipo de divorcio que elija una mujer, los funcionarios de sexo masculino siguen controlando ampliamente cada fase del proceso. Egipto sólo tiene una jueza en ejercicio, y los fiscales que opinan sobre los casos de divorcio son mayoritariamente hombres. En los casos de divorcio, las propias mujeres detienen muy poco poder de decisión.
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