Mery Vaca
Bolivia
Juan es un niño de seis años que hace cinco vive en el hogar Virgen de Fátima de La Paz, Bolivia. Él, junto a otros 119 pequeños, espera por padres adoptivos en un lugar que ya ha rebasado su capacidad y que afronta un problema: el hacinamiento.
BBC Mundo visitó el hogar. En una de la salas, 10 inocentes caritas sonreían a las visitas. Las cunas habían sido acomodadas una al lado de la otra e, incluso, había una sola cuna para dos pequeños. Cruzando el pasillo, otra decena de bebés esperaba su turno para el cambio de ropa.
La administradora del hogar, Gloria Jarandilla, cuenta que tiene capacidad para 110 bebés, pero que ahora hay 120. Es más, la funcionaria dice que hace tiempo la casa dejó de aceptar nuevos inquilinos por falta de espacio. Los niños que requieren de un hogar están ahora en casas transitorias estatales y privadas.
Jarandilla dice que para Juan -aunque no está segura de que ese sea su nombre-, será difícil conseguir padres porque dejó de ser un bebé para convertirse en un niño.
Esta falta de espacio para los pequeños abandonados es evidente en La Paz, pero la situación es más o menos la misma en toda Bolivia, comenta la diputada Claudia Paredes, quien impulsa una ley para agilizar los trámites judiciales de adopción, pues se detectó que ahí radica el problema.
De acuerdo a la ley vigente, una adopción, después de admitido el trámite, debe salir en un mes pero en promedio tarda entre uno y dos años, tiempo en el que muchas veces, “los futuros adoptantes se desaniman” y abandonan sus intenciones porque los niños ya están grandes, dice el asesor legal del Servicio Departamental de Gestión Social de La Paz, Magno Zeballos.
Entre las víctimas de la burocracia se encuentra una pareja que llegó de Italia hace aproximadamente tres meses para recibir a su hija adoptiva, pero tuvo que quedarse prácticamente a vivir en La Paz para enfrentar las trabas encontradas en el proceso.
El abogado Ruddy Molina, de la misma oficina pública, dice que esta pareja de italianos finalmente recibió a la niña, pero el proceso sigue y deben enfrentarlo en La Paz.
Y, mientras las adopciones tardan, los niños siguen llegando a los hogares, sin que las autoridades sepan qué hacer con ellos.
El abogado Molina cuenta que “la internación de niños por distintas problemáticas es diaria y constante, lo que hace que exista hacinamiento en los hogares”.
El número de niños abandonados que terminan en los hogares es siempre mayor al de los que logran ser adoptados y hallar una familia.
La diputada Paredes cuenta que, al margen de los trámites legales, en Bolivia no existe la cultura de la adopción, aspecto que se suma a otro relacionado con el costo del proceso.
Prefieren “comprarlos que adoptarlos”
Paredes dice haber recibido denuncias de que algunas madres venden a sus niños por 40 dólares, mientras que el trámite legal de adopción tiene un costo aproximado de 400 dólares, lo que desincentiva a los potenciales padres.
“Tenemos testimonios de que hay niños que son regalados o vendidos por 300 bolivianos (poco más de 40 dólares)”, dice Paredes.
La parlamentaria Paredes relata que otro de los problemas es que los padres adoptivos sólo pueden escoger el sexo del bebé, pero no así sus características físicas, por lo que se han dado casos en que algunos niños han sido rechazados y devueltos después de ser adoptados.
Por eso, explica Paredes, se está elaborando un proyecto de ley de adopciones que logre, por un lado, agilizar el proceso, y por otro, permita “la adopción en vientre”.
Según Paredes, este punto de la ley está orientado a evitar el extremo de casos en los que algunas mujeres abandonan a niños en un basurero. “Vemos en los noticieros que se encuentran niños en los basurales. Por eso queremos que la adopción sea desde el vientre, para que los no deseados, lleguen a un hogar”.
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