Kabul. AFP. Afganistán adoptó una ley que “legaliza la discriminación” hacia las mujeres de la minoría chiita, pues estipula que se las puede privar de alimentos si se niegan a tener relaciones sexuales, denunció hoy Human Rights Watch, que acusó al presidente Hamid Karzai de una “maniobra electoralista”.
Según esta organización de defensa de los derechos humanos, la ley fue publicada en el Diario Oficial de Afganistán el 27 de julio.
No hubo ningún anuncio oficial sobre el tema, y ningún responsable del Gobierno afgano pudo ser contactado hoy por la mañana para confirmar esta información.
Esta ley es, según HRW, una nueva versión de la que había sido adoptada en marzo por los parlamentarios afganos y firmada por el presidente Karzai, pero que no había entrado en vigor, después de suscitar la indignación en Occidente, donde se habló de una legalización de la violación conyugal.
HRW explica haber visto una copia final de la nueva ley, que incluye “numerosos artículos regresivos” para los derechos de las mujeres, aunque no sean tan restrictivos como el proyecto inicial.
El nuevo texto prevé que un marido tiene el derecho de retirar cualquier sustento material a su esposa, incluidos los alimentos, si se niega a satisfacer sus demandas sexuales, y que la patria potestad de los hijos es confiada únicamente y en todos los casos a los padres y los abuelos hombres.
También establece que las mujeres deben pedir permiso a su marido para trabajar, y permite que un violador sea absuelto de cualquier cargo si paga "el dinero de la sangre" a la mujer violada, indica HWR.
“Los potentes apoyos internacionales de Afganistán deberían insistir para que el presidente Hamid Karzai modifique esta ley que formaliza la discriminación contra las mujeres chiitas”, considera HRW en un comunicado.
La organización fustiga una “ley bárbara” y acusa a Karzai de haber “vendido” los derechos de las mujeres chiitas a líderes chiitas “fundamentalistas” que quieren una legislación especial sobre temas familiares para su minoría, a cambio de su apoyo en las elecciones presidenciales.
Los chiitas representan más o menos el 15% de la población afgana.
En abril, el presidente Karzai había pedido al ministerio de Justicia que revisara el proyecto de ley que había firmado en marzo, luego de las protestas de organizaciones afganas e internacionales que lo acusaban de legalizar una ley que aplica a las mujeres chiitas restricciones dignas del régimen de los talibanes.
Las protestas provenían sobre todo de países comprometidos militarmente en el seno de las fuerzas internacionales que apoyan al Gobierno de Karzai, y que figuran también entre sus principales socios.
“Pienso que esta ley es detestable”, había dicho el presidente estadounidense, Barack Obama, durante una cumbre de la OTAN en abril. “Contamos con la retirada de este proyecto de ley” porque es “inaceptable”, había afirmado la canciller alemana, Angela Merkel.
Karzai había declarado en mayo que cualquier artículo que violase los derechos de las mujeres debía ser eliminado.
Pero el ministerio de Justicia nunca informó de los resultados de esta revisión.
Este anuncio tuvo lugar unos días antes de las elecciones presidenciales del 20 de agosto, en las que 17 millones personas están habilitadas para votar, y en las que Karzai es considerado favorito, tras haber firmado acuerdos con los líderes de las principales etnias y religiones del país.
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