La tradición religiosa y el maltrato
La condición legal de las mujeres se expresó en el Cristianismo clásico con una complicada teoría sobre la naturaleza inferior de las mujeres. La teología escolástica recogió de la biología de Aristóteles que las mujeres son una especie biológica secundaria. Sólo los varones contribuían a la forma del niño en la procreación. Las mujeres eran únicamente incubadoras que lo hacían crecer en su cuerpo.
Normativamente, la semilla de cada varón podia reproducir una imagen perfecta de su hechura. Pero a veces el principio material más bajo, representado por la madre, ganaba dominancia sobre principio más alto del padre y nacía un “varón malformado”, es decir, una mujer. La hembra era, por naturaleza, inferior en su capacidad para la actividad del pensamiento de la voluntad y para la actividad física. Las mujeres eran esclavas naturals, y como esclavas, estaba en su naturaleza el ser sirvientes obedientes en todas las cosas para con sus cabezas y señores.
La teología escolástica recogió esta teoría y definió a las mujeres como varones malformados que tienen, por naturaleza, una capacidad deficiente para la humanidad. Teológicamente, esto lo expresó San Agustín diciendo que las muejeres no tenían “imagen de Dios.” A esta idea sobre la naturaleza deficiente de las mujeres en el orden de la creación, la teología cristiana añadió la idea de que ella era un una medida desproporcionada, responsable por el pecado.
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